viernes, 21 de mayo de 2010

LAS MUJERES DE BUKOWSKI. Sergio Sauce

Tras la sombra de Bukowski

[Publicado en El Viajero de El País]


Un repaso a los lugares que marcaron la vida del escritor maldito de las letras norteamericanas en Los Ángeles

SERGIO SAUCE - 04/05/2010

La sombra de Charles Bukowski (1920-1994) se extiende por toda la ciudad de Los Ángeles. Era un viejo indecente, todo el mundo lo sabía. Un ludópata, un alcohólico y, en demasiadas ocasiones, un violento. Un canalla, en suma. Y, sin embargo, acodado en la barra del Frolic Room, se mostraba como alguien totalmente inofensivo. Es aquí, en la confluencia de Hollywood Boulevard y Vine Street, donde empieza el recorrido por algunos de los lugares que marcaron la vida del escritor maldito de las letras norteamericanas. En la calle hay mujeres, ruido y trapicheos. En el bar también. A sólo un par de manzanas está la tienda donde Bukowski solía ir a comprar cervezas. Este siempre fue uno de los lugares favoritos del poeta.

Bukowski era un mentiroso. A veces contaba que nació en California, pero en realidad lo hizo en Andernach, Alemania, en 1920. Hijo de inmigrantes, dio sus primeros pasos en el número 4511 de la calle 28 oeste de Los Ángeles. Hoy la casa la habita una joven pareja norteamericana. Luego se mudó. Y así una y otra vez. De pequeño nunca se planteó qué quería ser. De mayor tampoco, confesaría después.

Pregúntale al polvo

Bukowski pasó la adolescencia en el 2122 de Longwood Avenue mientras estudiaba en el Mount Vernon Junior High, un imponente edificio de cemento típicamente americano. Frustrado, con la cara llena de granos, era un chico tímido, callado y solitario. No tuvo ni novias ni amigos.

En 1939 se graduó en Los Ángeles High School, como cuenta en su novela La senda del perdedor, y entonces fue cuando todo cambió. Una tarde, ojeando las estanterías de la Biblioteca Pública de Los Ángeles, en West 5th Street, descubrió Preguntale al polvo de John Fante y, con él, el realismo sucio.

Fue acumulando trabajos uno tras otro como cromos de una colección. Escribió alguna poesía, algún relato breve, pero no fue hasta los 51 años cuando vio que podía ganarse la vida con la máquina de escribir y publicó su primera novela, Cartero.

Entre tanto encontró un empleo como funcionario de correos en la Terminal Annex del centro (inspiración para su debut) y se casó con Barbara Frye, alter ego del personaje de Joyce en Cartero. La relación no duró demasiado y al poco tiempo se divorciaron. Después conoció a Frances Dean, en el hostal 1623 de North Mariposa Avenue, un lúgubre antro del Hollywood este. Con ella tuvo a su única hija, Marina, que nació en 1964.

Un hombre afortunado

Bukowski era un hombre muy poco atractivo y no fue hasta que empezó a tener éxito como escritor cuando las mujeres comenzaron a acercarse a él. Como la relación con Frances Dean tampoco cuajó, conoció a la escultora Linda King, con la que mantuvo una turbulenta aventura de amor, maltrato, gritos e infidelidad durante varios años. Juntos se instalaron en un chalet en De Longpre Avenue y más tarde se trasladaron a Edgerwater Terrace, en el barrio de Silver Lake. Con ella no se casó, pero sí con Linda Lee Beighle, que se convertiría en su última pareja.

Los 70 fueron una buena época para Bukowski. Empezó a ganar nombre como escritor y, con él, mucho dinero. Además de las apuestas, se permitía el lujo de ir a comer en el restaurante Musso & Frank Grill, uno de los más populares entre las estrellas de Hollywood. Allí solía pedir cordero y vino blanco dulce para acompañar. Lejos quedaban los años de malvivir, pasando de pensión en pensión, de casa en casa, y para gastar sus últimos años Bukowski se trasladó a San Pedro.

Fue su época más tranquila. Pasaba las tardes en el hipódromo de Hollywood Park. Por las mañanas se dedicaba a escribir poesía en el patio de su casa y comenzó a recoger gatos de la calle. Aunque había llevado una vida de excesos, disfrutó una considerable buena salud hasta el final. Tras recibir quimioterapia en el tratamiento contra la leucemia, Charles Bukowski murió el 9 de marzo de 1994 en el hospital San Pedro Peninsula. Cinco días después fue enterrado en el cementerio Green Hills Memorials Parks, en el Rancho Palos Verdes.

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